-"Hola soy un emprendedor y estoy montando mi startup!"
-"Perdona, ¿Eres emprendedor o inversor?"
-"Mi startup ya ha levantado un millón de dólares"
-"En la actualidad estamos buscando financiación"
-"La próxima semana aprende marketing para emprendedores en la academia de Microsoft...."
-STOP
Hace poco un amigo me preguntaba cómo era el día a día de un emprendedor en Israel y nada más recibir la pregunta me vinieron a la mente extractos de conversaciones mantenidas con emprendedores e inversores que viven en Israel. Las frases compartidas en la parte superior describen un entorno altamente emprendedor. En resumen: el día a día de los que sueñan con montar su propia empresa.
En Israel los eventos de networking, muchos de ellos celebrados en Google o en Microsof, son algo habitual en el día a día de un emprendedor ( ya sé que en otros países también pero aquí la intensidad es incluso agotadora). Si miramos a la persona, el emprendedor israelí es como ese niño inquieto deseoso de alcanzar sí o sí su próximo juguete. En resumidas cuentas es un infante que no parará hasta conseguir su capricho ( ya sea inversión, mentores, equipo, apoyo de la prensa o entrar en una aceleradora...)
Sin embargo, para lograr sus deseos no presta ni la más mínima atención a la imagen. Por ello, no duda en acudir en chanclas, pantalón largo, pendientes y desalineado a cualquier evento ya sea un encuentro con Steve Ballmer, CEO de Microsoft, o con Warren Buffet, prestigioso inversor.
Los emprendedores en Israel tienen su propio carácter, ven el mundo con otros ojos y son extremadamente directos. Estas cualidades y todo lo dicho anteriormente han hecho que a día de hoy sean el ejemplo mundial a seguir sobre cómo emprender.
Han sabido demostrar con hechos que aún estando en un lugar cutre ( no hace falta gastarse miles de euros en una oficina chic) se pueden sacar adelante empresas impresionantes. También muestran que la calidad del emprendedor no va en el traje o en la corbata sino en lo que ese individuo sea capaz de hacer. Muchos de ellos fallan en marketing pero triunfan en el desarrollo de tecnología punta. Piensan a nivel global, son máquinas de hacer nuevos contactos y van detrás de cada oportunidad sin temer al riesgo.
Ayer publiqué en El Mundo un análisis más a fondo sobre el ecosistema emprendedor de Israel. Si te interesa más este tema te recomiendo que lo leas. Quizás, como a otros muchos españoles, te entrarán las ganas de ver lo que pasa en este pequeño país donde (casi) cada ciudadano es emprendedor. Tomemos nota en España.