miércoles, 6 de noviembre de 2013

Entrevista en Radio Euskadi

Vuelvo a mi bitácora para dar buenas noticias. Ayer el periodista de Radio Euskadi Roge Blasco me ha entrevistado en su programa La Casa de la Palabra  preguntándome sobre el libro que estoy escribiendo, mi pasado en Israel, mi presente en París y sobre mi opinión sobre la 'generación perdida'. Hemos mantenido una charla interesante durante más de diez minutos y para mí ha sido una experiencia genial que me ha dado el ánimo necesario para continuar escribiendo hasta llegar al deseado FIN. 


¡Por cierto! Creo que esta entrevista puede gustarle mucho a aquellos que estéis en el extranjero luchando por vuestro futuro y por vuestro presente. Un abrazo grande a todos desde París. 


La entrevista comienza en el minuto 38. Espero que os guste.

jueves, 24 de octubre de 2013

El brusco silencio de Omar

Nervioso, cargado de amargos recuerdos y con la esperanza bajo mínimos salí de la sala de cine tras ver la película Omar, de Abu Assad. La sala estaba casi vacía, aquella noche no muchos parisinos habían decidido ir al cine para asomarse a uno de los conflictos más duraderos de la historia reciente. Cuando las luces se encendieron de nuevo nadie habló y todos caminaban pensativos, con las miradas algo perdidas y los corazones latiendo a un ritmo acelerado tras un final impactante que mantenía la tensión de una película dura, triste y sangrienta.


En ella los espectadores se asoman al mundo del colaboracionismo de los palestinos con las autoridades israelíes y al gran universo de la traición entre amigos, enamorados, combatientes… En la película hay exceso de sangre, se palpa el drama de la ocupación, se siente Israel y Palestina, pues los actores hablan hebreo y árabe, y uno se acerca, sin querer,  al día a día de los Territorios Ocupados.

Tras ver la película las esperanzas que muchos mantenemos en cuanto a una solución pacífica del conflicto se evaporan para dar paso a otras realidades que cuentan con más poder que la paz. El muro en construcción, las violaciones de derechos humanos, las cárceles, los presos, la ocupación israelí de los territorios, las guerras, las humillaciones, las torturas, los asentamientos, el inmovilismo a nivel internacional y otros muchos males que habitan por la zona son los que consiguen torcer, como vemos en la película y en el día a día en Israel y Palestina, el flaco brazo de la paz. Como digo, Omar no es un largometraje que contribuya a la esperanza. Tampoco Five Broken Cameras, documental lanzado el pasado año, o The Law In These Parts, documental altamente recomendable para aquellos que quieran saber cómo se administra la ley en el West Bank.

¡Ah, se me olvidaba decirlo! A la hora de ver esta película hay que tener muy en cuenta la presencia de la propaganda  y ser conscientes de que cada producción ya sea documental, película o cortometraje que venga de una u otra parte traerá consigo una parte de propaganda. Recordemos que tanto israelíes como palestinos son expertos en la materia. 


lunes, 9 de septiembre de 2013

Israel es París, París es Israel

Estábamos en París, al borde del río Sena, donde estos días todo buen parisino acude con sus amigos, descorcha una botella de vino, tiende una pequeña manta sobre el suelo, y disfruta de los días de calor celebrando un buen picnic. Théo, uno de mis grandes amigos de Israel, estaba sentado frente al río, hablando conmigo y preguntando por qué ya no escribo en mi blog, por qué no digo nada. Adrián, otro de mis mejores amigos en Israel, con el que viajé a Hebrón, a Nablus, a Ramallah, con quien celebré múltiples fiestas en Tel Aviv, también me pregruntó por el blog. No les gusta que esté muerto. 

Pasaron los días, días de escritura, de soledad provocada, de paseos interminables por los jardines de Luxemburgo, pasaron horas y horas en las que he aprovechado para pensar, para descubrir París, la ciudad en la que siempre quise vivir. El tiempo pasaba y yo sentía que tenia que volver de nuevo aquí, a mi blog. 

Llegar a la ciudad ha supuesto una reconexión total con Oriente. Amigos, historias, experiencias, ser un extranjero de nuevo, cenar con una pareja judía en shabat, hablar sobre la guerra a orillas del Sena y explicarle a los parisinos cómo es vivir en Beersheba, encontrar a mis amigos, con los que he viajado por los territorios palestinos, pasar momentos en los que recordamos tiempos pasados, estar de nuevo ante una situación desconocida, con un futuro incierto... Todo me recuerda a Israel.

En Paris escribo sobre Tel Aviv, Beersheba, Jerusalén, Haifa, El Cairo, Madrid, Santiago...Viajo al pasado, avanzo en mi libro, me aíslo de Madrid, del mundo.

Mis días en París son tranquilos, disfruto, hago deporte en la piscina que está al lado de mi casa, visito de vez en cuando el maravilloso cementerio de Montparnasse y siempre aprovecho para recorrer en bici la ciudad. Adoro poder evitar a diario el metro. De hecho, hasta ahora presumo ante todo el mundo de haber viajado en metro un solo día. A menudo viajo en bici por París, esquivo taxis, me asusto con los buses, me enfado con los peatones, entes incómodos para aquellos que andamos en bicicleta, y respiro los humos de muchos de los coches que circulan por la ciudad. Recorro con frecuencia las orillas del Sena, visito cuando quiero el centro Pompidu, gratuito para jóvenes, y si algún día me aburro pedaleo hasta un maravilloso jardín situado en el Musée Des Arts Premiers de París. Allí leo bajo la atenta mirada de la Torre Eiffel, alejado de las masas de turistas, rodeado por pájaros y patos. Es un jardín encantador poco conocido por los incómodos turistas. Cada día que salgo en bicicleta me siento un aventurero que descubre la jungla urbana de París. 

La vida aquí me gusta, me atrae, me llena. Incluso me siento más sano que en Madrid. Salgo menos, bebo menos, leo más, escribo más, conozco gente interesante y crezco como persona.

Hace ya cinco meses que he dejado Israel. Ahora vivo en París, lugar desde el que escribo y avanzo en la escritura de mi libro. Hasta que nazca mi único objetivo vital será escribir. No habrá más objetivos ni más metas o ambiciones. Solo escribir.

Cuando haya acabado os aviso.

Un abrazo a todos

viernes, 29 de marzo de 2013

El Cairo y su revolución permanente

Cerrar los ojos y ver casi dos años de aventuras. ¡Qué experiencia! Mes tras mes he aprendido una cosa nueva en Oriente Medio.Y ahora me siento a escribir sabiendo que estoy a dos día de mi marcha.

Recuerdo mis últimas días en El Cairo, de donde acabo de llegar, como un pasado que ya pronto será lejano. Esa ciudad, rendida ante la majestuosidad de las pirámides, lucha ahora por encontrar el orden ante un caos generalizado.

Un artista local pinta un coche calcinado
situado en una de las entradas a la plaza Tahrir
Egipto ha cambiado mucho desde mi llegada a Oriente Medio. Aquellos con los que he hablado estos días me han dicho que no están contentos con Mursi, consideran que es una marioneta de los hermanos musulmanes. Otros, en cambio, dicen preferir la vuelta de Mubarak, su antiguo dictador. Con él tenían seguridad, turismo y más dinero. Ahora hay más pobreza, más caos político, inestabilidad y un turismo colapsado que daña las entrañas de la economía egipcia.

Egipto ha sido la última gran aventura de mi paso por Oriente Medio. Desde Tel Aviv hasta el Cairo he viajado cruzando el desierto del Negev, recorriendo la península del Sinaí, ahora zona peligrosa por los secuestros que se han producido en la zona, viendo el maravilloso mar rojo por la ventana de mi autobús y llegando finalmente a El Cairo tras casi 32 horas de viaje.

Todo ha sido increíble. Un viaje inolvidable. Una experiencia única. Sentir la revolución egipcia en el corazón de la plaza Tahrir ha sido una sensación indescriptible. El día que pisé por primera vez la plaza había una tormenta de arena sobre la ciudad que impedía ver los edificios a dos bloques de nuestros pies. La tormenta de arena pintaba un escenario de película. Al acercarnos a la rotonda donde duermen los revolucionarios nos encontramos con un hombre que nos dice que no saquemos fotos en la plaza. Su mirada penetrante y cabreada nos inquieta. A su mirada amenazante le acompañan estas palabras:  "en Tahrir solo hay hombres peligrosos".

Mirando a nuestro alrededor vemos niños descalzos y sucios. Niños pequeños que se entretienen lanzando piedras al otro lado de los bloques de hormigón que se han puesto en las calles adyacentes a la playa para evitar el acceso a la misma. Al lado del museo egipcio vemos como un gran edificio, antiguo cuartel general de Mubarak, está ahora quemado y abandonado. En varias de las calles al lado de Tahrir encontramos coches en cenizas y un gran número de grafitis. Las tiendas de souvenirs se apresuran a sacar rédito a la revolución vendiendo camisetas sobre la revolución, banderitas, etc...

Muchos de los que ahora visitamos El Cairo lo hacemos por curiosidad. Esa curiosidad que nos lleva a viajar por el mundo descubriendo nuevos países y sus gentes. Las ganas de aprender y de descubrir qué es lo que está pasando es el denominador común de muchos de los extranjeros que ahora caminan por las calles de El Cairo. Hay muchas historias que contar sobre mi viaje a El Cairo, sobre mis días en Israel y Palestina pero ahora debo aprovechar mis dos últimos días en Israel. Luego os cuento

Vistas del museo egipcio al lado del edificio calcinado,
antiguo cuartel general de Mubarak. 

Cocha calcinado al lado de bloques de hormigón
que bloquean una de las calles de acceso a Tahrir



domingo, 17 de marzo de 2013

De Florentin a El Cairo

Algo me dice que hoy tengo que escribir desde el soho de Tel Aviv. El barrio de Florentin, situado en el sur de la ciudad, es ahora mi nueva casa, aunque por poco tiempo. Mi nuevo barrio es especial. Una volkswagen amarilla, de esas que te recuerdan los movimientos hippies, habita entre sus calles. A su lado, multitud de cafés acogen a jóvenes israelíes. Algunos son hipster, otros hippies y otros traen consigo el alma de la India tras haber viajado durante un tiempo a dicho país. La gente aquí es diferente y me encanta.

En las calles de Florentin hay más vagabundos que en mi anterior barrio cerca del boulevard Rothschild. También hay más inmigrantes, más estudiantes, más músicos y pintores, más idealistas. Las calles de este barrio tienen carácter y te lo demuestran a cada instante.


Acabo de llegar de la cinemateca de Tel Aviv tras ver una buena película francesa, este mes se celebra el festival de cine francés, y el ruido de los pubs de la calle vital rompe el silencio de mi habitación. La gente silva, chilla, canta y camina alcoholizada por mi calle. Muchos días no logro dormir bien, hay un vagabundo y una loca que suelen pelear por las noches en plena calle, pero me gusta que este barrio tenga tanta 'mala vida'.

Estoy a días de irme a El Cairo y a semanas de abandonar Israel y mudarme a España lo que hace que esté más nervioso de lo habitual y más inquieto. Mi insomnio se alimenta de la sensación de un cambio incesante, de un ajetreo permanente, de la incertidumbre del mañana, del caos del presente, del miedo al futuro, de las pasiones confrontadas, de las despedidas y de las bienvenidas.

Así he decidido emprender esta gran y última aventura por Oriente Medio. Luego volveré a Israel y a Palestina, estaré unos días más y todo se habrá acabado. Mi mudanza a Florentin, solo por un mes, tiene su sentido, un largo porqué, que aquí no contaré ( ¡Algo hay que dejar algo para el libro!)

He escrito menos estos meses porque he escrito más en mi libro. Mi próxima parada es Egipto. Qué ganas de cruzar el desierto del Sinaí, de recorrer las calles de El Cairo, de conocer a aquellos que han cambiado Egipto a través de la revolución. ¿Con quién me encontraré? ¿Cuántos me explicarán como fue la caída de Mubarak? ¿Será El Cairo como me lo imagino? ¿Habrá peligros por el camino?

Me voy de Florentin a El Cairo. Hay muchas preguntas esperando respuesta...



jueves, 21 de febrero de 2013

Emprender con chanclas...y a lo loco :)

¿Qué tienen en común unas chancletas y el ecosistema de emprendedores de Israel? Si queréis saber la respuesta os animo a ver el siguiente videoblog, fruto de mi primera colaboración con la startup española Floqq. Espero que os guste.