viernes, 11 de mayo de 2012

El encanto diplomático

Antes de llegar a Israel no había conocido a muchos diplomáticos. Me imaginaba que serían personas con un alto nivel cultural y educativo, con buenas dotes comunicativas , bien relacionados y con un una experiencia alrededor del mundo envidiable.  Ahora puedo decir que parte de estas imaginaciones son totalmente ciertas.

En Agosto del año pasado, cuando llegué aquí, tuve la suerte de que uno de mis primeros amigos y principal ayuda a mi llegada a Israel fue un diplomático y su familia. Con él comencé a profundizar en el conocimiento de este pequeño mundo:  el de la diplomacia.

 Tras nueve meses en este país y al haber conocido a gran parte de los integrantes del cuerpo diplomático de la Embajada de España hay que decir que además de ser gente con una formación impecable son encantadores, siempre están dispuestos a ayudar en cualquier momento y ,por encima de todo, son gente cercana.

Esta parte, la cercanía, era la que yo no me imaginaba antes de partir a mi aventura. Tenía la imagen del diplomático como alguien situado en una burbuja de difícil acceso. Y sí existe una cierta burbuja rodeada de eventos sociales, relaciones con diplomáticos de otras embajadas, museos, buenas comidas y lo que podríamos denominar "la dolce vita". Pero, al fin de al cabo, forma parte del trabajo de un diplomático.

La semana pasada asistí a un evento gastronómico patrocinado por la sección cultural de la Embajada española y mi amigo me presentó al antiguo embajador de Israel en España: Herzl Inbar.  Este israelí es un diplomático con amplia experiencia, retirado, amante de España y Presidente de la Asociación de Amistad Israel- España.

Cuando me lo presentaron no tenía ni idea de la persona que estaba conociendo y actué de forma natural y sin ningún tipo de nervios hasta que mi amigo dijo " hasta luego embajador". En ese momento descubrí a quién había conocido y me puse a pensar en la parte encantadora de la diplomacia puesto que él estaba actuando tan natural o más que yo.

Y este hombre no sólo me saluda, me felicita por mi beca en Israel y por mi trabajo, él va más allá y me ofrece su ayuda y su tarjeta de presentación. Toda una sopresa para mí.

Tras este tipo de actos me dije "seguro que mucha gente desconoce esta imagen de la diplomacia" y me propuse contarlo en este blog.

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