Voy a montarme en el bus número 61 de la compañía israelí Egged. Es la primera vez en mi vida que viajo en un bus blindado. La ocasión lo requiere: me voy a Hebrón.
Puerta blindad del bus número 61 |
El lugar representa parte del corazón del conflicto entre Israel y Palestina. Es un enclave sagrado para judíos y musulmanes y es la única ciudad , al margen de Jerusalén, en la que los colonos israelíes están dentro de la urbe. Hebrón y el problema de las colonias también son una de las principales trabas al proceso de paz. Los palestinos reclaman congelar la construcción de colonias pero los colonos han optado por avanzar en sus aspiraciones ante la pasividad y apoyo, mediante el ejército, del Gobierno de Benjamin Netanyahu.
Y como vemos, aunque sea territorio palestino, este bus israelí va camino de Hebrón, blinadado de arriba a abajo, con soldados y colonos en sus asientos. Pasamos por un check point y un cartel dice: instalación de seguridad, prohibido fotos. Tras este momento viajamos con el bus por más de seis asentamientos cuando Adrien Engel, un amigo francés, me dice "Mateo estamos haciendo el tour colonial".
Tras esta hora larga de bus llegamos a la colonia más famosa y donde más tensión se acumula en los territorios. Hebrón es un lugar de extremismos. Donde la organización Hamas ha recibido importantes apoyos durante los últimos años y destino favorito de los colonos judíos de extrema derecha.
Conocí a un grupo de ellos en Jerusalén y uno aseguraba que "Hebrón es Israel, yo vivo ahí, es mi casa". Este hombre, ultra-ortodoxo, no reconocía la existencia del West Bank como lugar para los palestinos.
En Hebrón, 400 colonos son protegidos por 2.000 soldados del ejército israelí.Según la organización B´Tselem cerca de 1.800 negocios palestinos han cerrado en los últimos años y la ciudad ha sufrido un abandono masivo de población. Además, 1.000 casas han sido abandonadas por sus habitantes debido a la tensión y a las dificultades de vivir en dicha ciudad.
Un paisaje desolador, una situación insoportable y un ambiente tenso. Desde el primer minuto que puse un pie en esta ciudad hasta el último suspiro tuve el deseo y la necesidad de irme. Era totalmente estresante. Aquí conocí a un colono judío que me explicaba que "todas las mezquitas del mundo deberían ser cerradas porque son una amenaza". Este hombre asegura que en Europa tenemos una amplia cultura pero somos demasiado inocentes al dejar que los musulmanes "tomen Europa", "os matarán si no os convertís al Islam".
De la otra parte, una madre palestina relata cómo es la vida en Hebrón. "El West Bank es una prisión". Esta mujer me recomienda "ver el tour que los colonos hacen cada sábado, entran en el zoco protegidos por un gran grupo de soldados y paralizan la vida del mercado" asegura.
Tour que cada sábado realizan los colonos protegidos por los soldados de Israel |
Como os podéis imaginas, 48 horas entre ambas partes, colonos y palestinos, es estresante. Las calles de esta ciudad están cerradas con verjas, muros, checkpoints, soldados, vehículos militares blindados, calles cortadas al tráfico para palestinos pero no para israelíes, niños de 15 y 16 años siendo registrados cada minuto por los soldados.
Así es Hebrón. Un lugar no apto para turistas, dónde llamar vida a la vida es fabular.
Torre de control del ejército |
Una de las calles de la ciudad antigua cortada por muros y verjas. |
Un palestino muestra agujeros en sus depósitos de agua por disparos de colonos. |
Una ventana palestina a la cancha de baloncesto de los colonos. Protegida por hierros para evitar ataques. |
Un palestino observa desde su tienda un puesto de control del ejército |
Los colonos suelen correr por la ciudad con sus armas |
Checkpoint de entrada a la ciudad vieja de Hebrón |
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