Como todos sabéis ayer fue un día de dar Gracias por el éxito alcanzado con este Blog. Al hacerlo me acordé de una familia que me ayudó mucho durante mi primera etapa en Israel y les envié un email dándoles más que mil gracias y su apoyo incondicional.
La respuesta me ha dejado impresionado. Alejandro, ex diplomático de la Embajada de España en Israel , me ha dicho que lo puedo colgar en el Blog y así lo hago porque
su texto inspira, motiva, anima y sobre todo muestra esperanza.
Querido Mateo,
Nos has dejado a todos-los cuatro felices y caso sonrojados. La verdad y nada más que la verdad es que tu éxito es fruto de tu trabajo, y aquellos que te hayan ayudado lo han hecho porque ven madera prometedora en ti, no superficialidad ni mera apariencia, sino valores y potencial, espíritu libre y crítico.
Es el espìritu que te hace viajar de los cohetes que aterrorizan Bersheba a un pequeño pueblo bíblico palestino de Cisjordania (Taybe, Emaus) donde se fabrica cerveza bajo el corsé omnipresente de la ocupación militar israelí y del fundamentalismo islámico. El espíritu del que no se vende por unas migajas, ni toma partido por el fuerte, ni se deja manipular como un idiota.
Como decía un gran poeta francés, René Char, "en mi país no creemos en la bondad del vencedor". Israel, al que tanto añoramos a diario desde aquí, y los palestinos desde luego, necesitan como el agua, aunque no lo sepan en su infinita torpeza, ojos claros y miradas francas en las que reflejar sus grandezas, pero también y sobre todo sus miserias de las que se muestran orgullosos como un rey desnudo en una esperpéntica parada de despropósitos. Miradas como la tuya en tu blog, en tu futuro libro y en tu ejemplo.
A tu generación le toca levantar esta España de todos, a pesar "de los hunos y de los otros" que decía Don Miguel de Unamuno, hoy al borde de un abismo insolidario, y regenerar una casa común europea de civilización. No es tarea fácil, pero tampoco lo fue llegar, una turbia tarde, al Negev, a una triste ciudad de cemento sobre las ruinas de una masacrada y convenientemente olvidada aldea árabe sobre las ruinas de otras muchas ruinas anteriores, encontrar alojamiento precario y comenzar con valor y bajo los cohetes a subir los peldaños de la escalera al cielo en la que ahora te encuentras.
Es la juventud que representas, y no la que maneja los checkpoints en un lado ni se recrea en la incultura del odio en el otro, la que aportará semillas de regeneración y hará que fructifique lo mejor que puede crearse entre Israel y España. La suerte no existe, te la estás fabricando en tejidos fuertes. Este fin de semana navegaré en tu blog, que has hecho de todos nosotros.
Alejandro
Ex Consejero de la Embajada de España en Israel .