"La cultura Start Up está en el ADN de Israel"

La apuesta por el riesgo, el espíritu inquieto, la ausencia de miedo al fracaso, los proyectos descabellados y exitosos y la visión empresarial forman parte de los ingredientes que componen Israel -la llamada Start Up nation-

Esta semana he estado conociendo los principales centro de innovación de Israel. He tenido reuniones en Microsoft, en incubadoras de Start Ups y en empresas que darán que hablar en el futuro. En todos los lugares se respira un ambiente emprendedor. Aquí todo es posible, todo se investiga y en casi todo se invierte.

En mi camino por el tour he conocido gente muy interesante como el corresponsal holandés Rolf Bos. Este periodista me ha dado algunos consejos sobre cómo moverme por el país, cómo conseguir una tarjeta de prensa para ir a Gaza y cómo comprender mejor un país inquieto. Bos ha dado prácticamente la vuelta a mundo y es uno de los grandes del periodismo en Holanda.

La suerte ha colocado en el mismo coche a la portavoz del parlamento de Israel y en un viaje de Tel Aviv a Jerusalén, a las 9 de la mañana, ya nos hemos hecho amigos. Resulta que hace pocos meses ha llegado de Madrid y ama las tapas y el ambiente español. Ahora me invitará a eventos por Israel. Ya os podéis imaginar lo contento que estoy...

Pero a lo que íbamos, tanto en Microsoft como en la firma de coches eléctricos Better Place me han mostrado una forma diferente de ver el mundo y una apuesta decidida por los emprendedores. Por los jóvenes. Por las ideas frescas. Aquí se cazan a chavales de 20 años y los ponen a montar empresas. Y lo mejor de todo, tienen éxito.

Un amigo mio me dijo al terminar una conferencia que "la cultura emprendedora está en el ADN israelí, la bebemos en el agua" y es absolutamente verdad. Aquí convierten una fábrica textil en un espacio de coworking en días y en meses colocan la idea en China, Europa y donde haga falta.

Cuando planean un proyecto empresarial no piensan a nivel local porque el mercado es muy pequeño. Piensan en montar empresas multinacionales, exportar ideas, trabajar a nivel global. Ahí está la clave.

En las conferencias en las que he participado estos días la gente ha pagado 1.200 euros solamente para descubrir el modelo israelí e importarlo. Los demás países quieren saber qué hace un país de 7´5 millones de habitantes para ser el número uno en inversión en Investigación y Desarrollo y cómo han logrado que todo el mundo hable de la Start Up nation.

Hacen bien en exportar el modelo. Espero que a España llegue algo. Yo al menos, os dejo aquí mi granito de arena. Convertirlo en montaña.

Mateo Rouco

Estudiante erasmus en Israel.

Colaborador de Expansión desde Oriente Medio.

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